Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2017

Frío

Imagen
No todo el mundo tiene la posibilidad de conocer el frío en esta vida. Me refiero al frío de verdad. Ese frío que se nota desde el interior del cuerpo, porque sale del alma, hacia el exterior.  El frío físico es más llevadero que el frío del alma, aunque a veces el frío físico sea muy duro. Recuerdo, por ejemplo, el frío que he sentido viajando en motocicleta de madrugada. Es un frío muy severo. Un frío que se cala en los huesos, un frío que te hace sentir cada kilómetro. Un frío que engarrota cada uno de tus músculos, de tus tendones, pero es un frío físico al fin y al cabo. El frío del alma es distinto. No todos los sentimos, solo unos pocos. No sé si definir a estas personas como afortunadas o como desdichadas, pues un poco de cada una de estas cosas tienen. El frío del alma no se elimina, no en esta vida. Se puede calmar, eso sí. Se calma, por ejemplo, con el arte. Se calma escribiendo. Se calma pintando. Se calma tocando algún instrumento. Se calma fotografiando. Se calma, solo es

Érase una vez

Imagen
Érase una vez, un infausto personaje. Sus cabellos, repeinados y  escasos ya, ofrecían reflejos ante el sol de forma caprichosa, tal cual su destino se había representado y sin duda se representaría en un futuro. Sus brazos eran fuertes, así como sus piernas o su espalda, pero tenía un gran punto débil, que hacía que el conjunto de su persona no fuera más que una estatua, más bien menuda,  de basto hierro sujeta por unos frágiles pies de arcilla. El corazón. Su corazón aportaba una debilidad insalvable a su ser, pues su corazón estaba fabricado del más endeble y vulgar de los cristales. Vivía en soledad, acompañado a ratos por su familia. Se encontraba en un impase de tal calibre, que su futuro inmediato y ulterior estaban totalmente comprometidos a la decisión que pudiera tomar. Entre sus incontables defectos, figuraba tomar decisiones de forma poco o nada acertada. Una noche, cuando se encontraba a solas en el salón de su casa, disfrutando de la lectura de uno de sus libros

Soledad

Imagen
¿La soledad? Soledad no es estar solo, no. Soledad es mirarte al espejo y no verte.  Soledad es sentir que no sientes.  Soledad es suspiro.  Soledad es lluvia.  Soledad es penumbra.  Soledad es sosiego agitado.  Soledad es llanto del espíritu.  Soledad es quejido del alma.  Soledad es ausencia.  Soledad es destemplanza.  Soledad es frío.  Soledad es no ser.  Soledad es galera.  Soledad es prisión.  Soledad es tormento.  Soledad es vacío.  Soledad es abismo.   Soledad es la más sublime de las melancolías.  Soledad…soledad es Petenera y Soleá…eso, chiquillo. Eso es la Soledad... Pepe Desastre . Todos los derechos reservados.

El viejo árbol

Imagen
Nunca  me he considerado un mal tipo. Un poco huraño y mal humorado tal vez, pero simplemente es porque no me gusta la gente, sin más. Me casé ya maduro, con cuarenta y tres años. Lo hice sobre todo debido a la muerte de mi tía Helen. Ella vivía conmigo. Mi casa es grande y no me molestaba, estaba siempre en el jardín, con sus flores, y además limpiaba, cocinada y me lavaba y planchaba la ropa. Yo, que soy generoso, no la dejaba pagar nada de los gastos ordinarios, y en su cumpleaños siempre le regalaba una caja de bombones, que al parecer agrada a las mujeres. Pasaba el día en mi despacho, con mis escritos y mis estudios. No tenía necesidad de trabajar, pues tenía una fortuna considerable desde mi juventud, heredada tras el prematuro fallecimiento de mis padres. A la semana de dar cristiana sepultura a tía Helen, me di cuenta de que necesitaba a una mujer que la sustituyera. No podía dedicar mi valioso tiempo a tareas tan pueriles como las domésticas, y no estaba dispuest

Ego te absolvo

Imagen
Yacía en la cama, como dormido, ausente. Mi mujer lloraba, quizá de alegría. El sacerdote me hacía la señal de la Santa Cruz en la frente, y pude oír como decía: "Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritu Sancti". ¿Ya está?, ¿Esto era la temida muerte? La verdad es que me encontraba algo decepcionado. Nada de túnel, de luz, de sonido de trompetas, de familiares y amigos esperando con los brazos abiertos...Nada de nada. Y eso no era lo peor. Siempre había pensado que en el momento de la muerte todo me sería revelado, que no quedaría ninguna de las preguntas de la metafísica en el aire. Tampoco. Mi mente era igual de obtusa que en vida. Cero revelaciones. El sacerdote, que por cierto no sabía quién era y no era de extrañar, llevaba algo así como veinte años sin presenciar un servicio religioso, me  tapó la cara con la sábana. Mi compungida mujer y el sacerdote abandonaron la habitación. Yo me encontré solo, como flotando. Bueno, solo conmigo m

Crematorio

Imagen
Siempre recuerdo las palabras de mi madre, "todo llega hijo", y así fue. Antes de llegar aquí, pasé por otros trabajos. Recuerdo mi primer trabajo,  aún hoy no sé como fui capaz de desempeñarlo. Vendía un servicio de televisión por cable puerta a puerta. No tenía ningún misterio. Seleccionaba edificios grandes, con muchas viviendas. Cogía el ascensor, subía hasta la última planta, e iba llamando a cada piso, a cada puerta, ofreciendo el servicio. La primera frase que decía era siempre la misma. ¿Conoce usted la televisión por cable? Estuve haciéndolo durante un año más o menos. Me pasaron algunas anécdotas curiosas. Recuerdo una vez que a la señora con la que estaba hablando se le cayó la falda que llevaba puesta al suelo. En otra ocasión, el señor que me abrió la puerta me dijo que era el hermano del Rey, y que necesitaba que le instalara un teléfono rojo, para poder hablar directamente con su hermano cuando fuera necesario. En fin, historias para no dormir. Dejé la ven

Por fin Halloween

Imagen
Como una cucaracha atraída por un trozo de carne, así acudió al aroma que le traía el viento. Provenía del viejo quiosco del parque. Mientras caminaba, cerró los ojos. Era un perfume de los denominados baratos, pero le resultaba sin duda agradable. Flores blancas, jazmín, nardos...Notas verdes de bergamota y un fondo de sándalo. Sonrió. Vandervil. El perfume era Vandervil. Menos de diez euros el frasco, lanzado en mil novecientos ochenta y dos, si no recordaba mal y no lo hacía. Su cabeza estaba repleta de datos inservibles sobre perfumes y colonias de todo tipo. Eran su pasión. Bueno, eso y la sangre humana. Se acercaba lentamente hacia el quiosco. Iba disfrazado de Conde Drácula. No es que estuviera loco, bueno un poco loco sí, pero era la noche de Halloween, de ahí su vestimenta. Cuando estaba ya a menos de trece metros la vio con claridad. No era tan joven como le había parecido, pero eso ya daba igual. El perfume que emanaba de su piel, ese había sido el verdadero y único rec