La terraza era muy agradable. Los veladores se disponían aquí y allá, como en un orden superior dentro del más absoluto caos. El Sol lucia en un radiante cielo azul, salpicado por alguna nube, y un delicioso olor a flores frescas correteaba como un chiquillo entre las mesas, a su albedrío. Me refesqué la garganta con un trago largo de cerveza, y cuando iba a depositar la jarra en la mesa, apareció ella. Me miró inquisitiva, y separó su precioso pelo moreno y liso de su cara. Tomó asiento, y antes de que pudiera hablar, me dijo furiosa:"Me dijiste que ibas a dejar de fumar". "Estoy en ello" le contesté algo cortante. Me quedé embelesado, observando sus pequeños y bellos ojos negros, su nariz diminuta, su busto generoso, sus curvas, sus largas piernas...con un tono algo más relajado, le dije que siempre estaba igual, afeando algunas de mis innumerables conductas insanas y absurdas. Ella sonrió y alargó su mano...
Se sentó frente al lago. La noche no era tan fresca como debiera, el tiempo hacía de nuevo gala de su libertad. Si, quizá el tiempo fuera lo único libre que existía. El tiempo y quizá Dios, o G.A.D.U. , o como queramos llamarlo, pero ni siquiera está claro que el que todo lo puede sea libre, ya que es el orden superior, y el orden, es orden al fin y al cabo. Se tumbó. Una sensación agradable invadió todo su cuerpo. El efecto del tupido césped bajo su nuca, bajo sus brazos, de alguna manera era como flotar. Por unos instantes cerró sus ojos e inspiró profundamente. El olor del césped lo transportaba a su niñez. Siempre había estado ligado a él, siempre presente en su vida. Sonrió. Vaya alianza vital tan extraña, el césped. Parecía surrealista, en otra ocasión profundizaría sobre este particular. Abrió los ojos nuevamente. La luna estaba preciosa. Era grandiosa, no le extrañaba que el astro nocturno, la autentica reina de la oscuridad, hubiera maravillado al eterno poeta gra...
Era la encarnación viva de la mítica canción de Barón Rojo " Chicos del Rock ". A finales de la roquera década de los ochenta, su madre, haciendo un tremendo esfuerzo económico, le compró su primera guitarra eléctrica, una autentica Marshall jcm 600 vintage. Su padre los había abandonado años atrás, y su madre se había visto obligada a ganarse la vida limpiando domicilios ajenos. Salía muy temprano de casa, aún de noche y regresaba también de noche. Él estaba comenzando su adolescencia y no lo llevó nada bien. Durante años culpó a su madre de que su padre saliera huyendo y la trató a patadas. Eso lo llevaba dentro y más de una vez, con un par de whiskys había llorado y se había maldecido por ello. Se refugió en el Rock. Su madre, a la que trató tan mal, le compraba de cuando en cuando LP´s de sus grupos favoritos: Barón Rojo, Barricada, Metallica, Iron Maiden...y su mayor anhelo, su deseo más intimo al que dedicaba la mayoría de sus ensoñaciones, era aprender a toca...
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