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Mostrando entradas de diciembre, 2017

Cuando terminen de peinarla

Cuando terminen de peinarla, mis labios, labios temblorosos, la besarán. Un últimos beso, acompañado de lágrimas de azahar. Un último abrazo, y mi alma desgarrada se quebrará. Posada en su saetin marfil, lirios y rosas la velarán. Cuando terminen de peinarla, mi yo, para siempre, se desvanecerá...

Calle Antonio Grilo numero tres

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Hoy es uno de mayo de 1962. Estoy decidido. Sé que me tacharán de loco, de perturbado, de asesino. Francamente, me da igual. He luchado mucho, desde pequeño. Recuerdo mi infancia, en Granada. Fue una infancia normal, ahora empezarán a inventar cosas, pero como he dicho, me da igual. Tengo cuarenta y ocho años, y vivo en el número tres de la calle Antonio Grilo, Madrid. Tercera planta, puerta D. Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, desde la ventana veo un hermoso, y doloroso, mural, dibujado en una de las paredes que hay frente a esta casa. Llevo toda la vida trabajando. Soy sastre. La vista ya me falla, y las manos también. Tengo cinco preciosos hijos, y una amantísima mujer. Estoy decidido a hacerlo hoy. ¿Qué si los quiero? Por supuesto, no soy un monstruo. Es más, lo que voy a hacer, lo voy a hacer estrictamente por amor. Dios lo sabe, y no me lo tendrá en cuenta. Todos duermen. Mejor así. Me dirijo a la cocina. Hoy no me apetece tomar café. Cojo uno de mis mejor

La partida de ajedrez

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. Le gusta ver la vida como una partida de ajedrez. No es que sea frío y calculador, todo lo contrario. Es muy dado a realizar maniobras de sacrificio. No duda en perder piezas propias si su conciencia así se lo dicta. No, no ha jugado siempre de esa forma, pero desde hace ya algunos años ha descubierto que la coherencia es la mejor forma de plantear está puta partida de ajedrez que es la vida. El secreto, para él, es muy sencillo: Ganar no es siempre ganar, y perder no es siempre perder. En resumen, nunca se pierde o se gana, son conceptos erróneos. En esta, manida ya, metáfora, el oponente es el Todo, es cambiante, siendo muchas veces uno mismo.  Él, que peina canas, ve venir muchas veces a la gente. A veces el oponente lo trata como si fuera corto de entendederas. Él no se inmuta, sonríe o se apena, pero la coherencia le guía, y mueve la figura que esta le dicte. Caiga quien caiga. Hay veces, que con un par de movimientos ganaría la partida, pero como para él ganar no es siempre g

Claudia nunca desayuna

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Claudia nunca desayuna. Eso es una realidad, o al menos, yo la he visto desayunar muy pocas veces. Quizá desayuné un café solo largo y una tostada de pan integral con aceite de oliva, quizá un café con leche sin lactosa, o quizá unas rodajas de piña...Me preocupa. Me preocupa, pero no solo por su salud, la verdad. Me preocupa porque me encantaría poder desayunar todos los días con ella. Egoísta, vale, pero es la verdad. ¿Que cómo es Claudia? Bueno, podemos resumirlo en que es una mujer preciosa. Delgada, pero con curvas. Y con fuerza, con empuje. A veces quizá demasiado. ¿Carácter? No, no va de eso esta historia. Ya contaremos cosas sobre su carácter en otra… Me encanta verla desnuda. Me encanta besarla y acariciarla. Y otra cosa que me encanta es darle bocaditos en las caderas, en la cintura y en la parte baja de la espalda. Ella se resiste, se revuelve, dice que le produce cosquillas...una vez incluso me propinó un codazo que estuvo a un plis de sacarme el ojo. Cosas de Cl

Lobos en la Catedral

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Lo mejor se ser Detective Privado es que te permite ser rastrero e hijo de puta con las mínimas repercusiones morales. Siempre tienes la manida excusa que tanto nos gusta en la profesión: "Es mi trabajo". Valiente mierda. Ningún trabajo te otorga el derecho de comportarte como un lobo. Como un lobo para el hombre, en el sentido de Plauto o Hobbes, pues es sabida la nobleza del Canis Lupus. Aquella tarde de enero el frío calaba los huesos. Me aposté en el parque, junto a un árbol, como un malhechor. Comprobé el equipo. Una cámara de vídeo HD con un potente zoom óptico de 90x y una réflex digital, una reliquia, la Canon EOS 30D con un objetivo 70-300mm y un duplicador. Miles de ideas me pasaban por la cabeza. No del servicio, no. Ideas domésticas. Mi familia, los impuestos, el trabajo pendiente...Cosas de todos los días. Encendí un cigarrillo y di una profunda calada. La mano tiritaba del frío imperante. Abrí el termo de café. Las gafas se empañaron del vapor. Tomé una