Cuando un hombre pierde lo que más quiere, todo puede ocurrir. Cuando un hombre pierde lo que más quiere y lo único que tiene, ocurre. Algo nefasto ocurre. Ese día, hasta el cielo lloró. Triste, se tornó gris. Durante todo el funeral sus lágrimas, en forma de lluvia, cayeron incesantes, sembrando semillas de tristeza en todos los presentes. Con el primer trueno, el padre se estremeció. Con el segundo trueno, la idea nació en su cabeza. Con el tercer trueno, lo decidió. Todos lo miraban con pena. Cuchicheaban a sus espaldas, decían " es lo peor que te puede pasar, enterrar a un hijo ". Arantxa era una niña preciosa. No tuvo suerte. Con tres años, una alimaña abusó de ella. Con nueve, su cuerpo reposaba en un ataúd de madera. Su pelo, azabache, hacia un bonito contraste con el tejido blanco, blanco roto como el corazón de su padre, del interior de la caja. El enterrador puso la lápida. El cielo dejó de llorar, su padre también. El silencio era absoluto, doloroso, r...
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