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Mostrando entradas de julio, 2019

¿Me quieres?

La terraza era muy agradable. Los veladores se disponían aquí y allá, como en un orden superior dentro del más absoluto caos. El Sol lucia en un radiante cielo azul, salpicado por alguna nube, y un delicioso olor a flores frescas correteaba como un chiquillo entre las mesas, a su albedrío. Me refesqué la garganta con un trago largo de cerveza, y cuando iba a depositar la jarra en la mesa, apareció ella. Me miró inquisitiva, y separó su precioso pelo moreno y liso de su cara. Tomó asiento, y antes de que pudiera hablar, me dijo furiosa:"Me dijiste que ibas a dejar de fumar". "Estoy en ello" le contesté algo cortante. Me quedé embelesado, observando sus pequeños y bellos ojos negros, su nariz diminuta, su busto generoso, sus curvas, sus largas piernas...con un tono algo más relajado, le dije que siempre estaba igual, afeando algunas de mis innumerables conductas insanas y absurdas. Ella sonrió y alargó su mano. El tiempo se detuvo. Los comensales que había sentados en

De como Dios todopoderoso creó la Sandía -y el demonio inventó el chicle de sandía-

Dios, el todopoderoso, el creador, es único, aunque paradójicamente se pueda llamar de muchas maneras, a saber; Yavé, Gadu, el que todo lo puede...se puede afirmar, sin tapujos, que es un Crack. La mejor visión que de él he tenido, la obtuve de un libro excelente: "El Ángel guardián de Ringo de Bonavena". Cómo me suele pasar, no recuerdo el nombre del autor. Solo recuerdo que es Argentino y un gran escritor. Desde que hice esa lectura, para mí, Dios es Chacha Dios, un anciano sabio que está un poco hasta las pelotas de su creación preferida. Yo que he profundizado en el estudio de la figura divina, tanto en fuentes ortodoxas como oficiosas, descubrí hace tiempo un hecho que es digno de contar. Como todos sabréis, Chacha Dios tardó seis días en crear el universo, y al séptimo día, descansó. Se sentó y contempló su obra...grande sin duda. Y dio la casualidad, que le dió por sentarse en Andalucia, más concretamente en Astigi, la Ciudad del Sol -como bautizaron los Romanos- conoc