Frío rojo
La noche estaba jodidamente fría. En el interior del coche me sentía protegido, era como mi segundo hogar, bueno, como mi primer hogar. Dieciocho años dedicando mi vida a las miserias humanas. Casi dos décadas realizado el trabajo más apasionante y desagradecido que conocía, el de Detective Privado. El camino, por llamarlo de alguna forma, estaba en unas condiciones deplorables. Casi dos kilómetros, tortuosos kilómetros, ya. Había sido contratado por un fondo de inversión para comprobar el estado de más de trescientas propiedades de todo tipo: Residenciales, locales comerciales, naves industriales...Y solo tenía dos semanas para hacerlo. Las dos de la mañana, "Esta será la última de hoy" me dije a mí mismo. Se trataba de un "Complejo industrial" según rezaba en el listado pasado por el cliente. Complejo industrial...Podía ser cualquier cosa, o no ser nada. Cuando grandes corporaciones compran "paquetes inmobiliarios" suelen aparecer algunas r